¿Por qué?
Porque cuando piensas que ya saliste del agujero
No es verdad
No es verdad
Siempre hay una capa más de la cual desprenderse
Y entonces crees que finalmente estás respirando
Sientes que al fin ves con claridad la palabra tranquilidad
Ya no es tan borrosa como de costumbre
Pero es una mentira
Porque al día siguiente te levantas o esa misma noche te acuestas
Perturbada, acongojada, atiborrada
Y no sabes qué camino tomar, que decisión tomar
Porque lo único que quieres, lo único que todo el mundo quiere
Es que la oscuridad nos habite cada vez menos.
Y te preguntas porque a ti, porque a ti.
Sin embargo, hay días donde eres valiente y puedes lidiar con todo
Con lo malo y lo feo. Lo grotesco no te parece algo con lo cual no puedas vivir.
Y aceptas que hay cosas por las cuales siempre podrás sonreír.
Y te convences de que estar bien es una decisión que haces
Y hasta te sientes orgullosa de hacer como que nada pasó.
Pero el tiempo se encarga de decirte
No es verdad, no es verdad.
Respiro, suspiro, inhalo, exhalo, respiro, contengo, suelto, espiro, inhalo, suspiro…
Bueno y haces cosas. Haces cosas que te hacen feliz y las harás toda la vida. Las hiciste, las haces y las harás. ¿Por qué? Qué sé yo…porque si no te puedes morir.
Viajas a lugares lindos, compras prendas bonitas, te sientas en la terraza de una ciudad cosmopolita, y bebes, bebes tinto de verano, con tu novio, bajo el sol.
Y te dices que no hay necesidad de sufrir. Que todo está bien. Te dices que el mendigo de la calle tiene una peor suerte, una peor vida. Te dices que hay gente, sí, hay gente en el mundo que la pasó peor que tú. Y hasta te sientes egoísta, te sientes como una puta egoísta subnormal que no agradece todo lo que tiene. Mira a tu alrededor. El paisaje es lindo. Tu vida, tu vida es linda.
Ríes.
Pero no es verdad. Porque cuando el dolor lo ocupa todo, cuando el dolor lo ocupa todo, no hay quien te pueda decir que esto pesa menos en la balanza, que aquello otro.
Vomito.
Que no me vengan con tonterías, que no me vengan con estupideces. Porque yo no tendré la desdicha del mendigo ni del alcohólico, pero mi pena no causa menos dolor que la de él. No, no, no, no. No tengo nada que agradecerle a la vida. Cuando uno vive pensando en que quisiera volver a nacer, no tiene nada que agradecer. Y pa! te revienta una vez más en la cara. Papapappapapa son los recuerdos metralleta. ¿Puedes imaginarte una metralleta? Es un arma de fuego, de tiro automático y de corto alcance. Es larga, tosca y pesada… pero eficaz. No es amable. Los recuerdos metralleta no son amables, te explotan… y sangras.
Así que te diría gracias, gracias por escucharme, por quedarte quieto y no interferir. Gracias por tu atención. Pero no es verdad.
NOTA: Este texto lo publiqué también en colaboración con Relatos Aislados, relatos audiofónicos en días de aislamiento, donde además hice la interpretación. Lo pueden escuchar en las siguientes plataformas : Spotify, YouTube y Apple Podcast.
Comments