Carta de amor a Julia

No tengo nada para decirte. Bueno, sí, claro. Lo bonita y especial que eres y todas esas cosas que la gente que “sabe” del amor dice o dirá alguna vez. Porque del amor se sabe poco y tan poco que decir “te amo” es demasiado.

Es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres. Así ponen en internet “afinidad” y “seres”. ¿Te parece justo? ¿Pero, no es el amor lo más injusto palpable?

Llevo tres horas tocando a tu puerta. La dejaste entre abierta. O la cierras o me quedo en la lista de espera. Yo no sé tú, pero yo voy con todo y si tiro tiro y si voy, voy. Y por favor no me cambies de tema.

¿A ver llora?

Hay personas que solo queremos ver el mundo arder. Me lo susurraste al oído y  te fuiste.

Formas de entender el amor:

Deseo, intimidad, devoción, afecto, apego, compasión. Todas palabras rotas. Esas no.

Yo pienso en otras. Pienso en  todas las arenas que pisamos, el jardín de tu abuela que nunca me mostraste, el cuadro que te arrebaté, despedirte sin pedir que te vayas, el pescado de tu restaurante favorito, mi cama en el suelo, el cumpleaños que olvidé, ese libro que no terminé de leer, las peleas con tu madre, el año nuevo a distancia, el día que me enfermé, salir de fiesta y no estar presente.

No entender. No entender.

Todas las noches en las que me dejaste. En las que me gritaste:

“Frágil y a mucha honra”. “Yo te quiero pero yo me amo”. “Me vuelves Lorca”.

Noches bestias, noches de luna nueva.

Julia bonita, Julia mi artista.

Esta soy yo escribiendo mi propia carta de amor. Y no es depresión sino más bien, como diría Patti Smith, fascinación por la melancolía.

-Fragmento de la obra "Tribulación" Autorretrato de un creador paralizado.

Madrid, 2019